dc.description.abstract | En el contexto de la educación actual, a la clase de Religión se le presenta el desafío de reformular su propuesta, en torno a estudiantes que se enfrentan día a día a un mundo donde la información e interacción social están tan disponible a través de la internet en la cual se pueden establecer conexiones al instante en torno a una imagen, a un comentario, o a un dato que va a homogenizar o a distanciar las opiniones de millones de personas que están constantemente pendientes de una u otra red. Además, los motores de búsqueda cada vez más actualizados, crean la ilusión de un saber absoluto sin filtros más que el criterio de exploración del navegante y sus parámetros para organizar, desechar y asimilar las múltiples respuestas que va a encontrar en torno a un concepto. Frente a lo anterior, lo más importante es orientar la filtración de la información, analizar críticamente y formar lineamientos valóricos que fomenten el respeto y tolerancia, la empatía y afecto hacia un otro virtual y hacia sí mismo. La clase de Religión debe ser capaz de colaborar con la necesidad imperante del alumnado de enfrentar la realidad versus la virtualidad de manera consciente y apreciativa, para así cooperar con el desarrollo de la sociedad desde la perspectiva tecnológica sin dejar de lado la mirada cristiana del ser, y estableciéndose como una oportunidad de crecimiento, en la formación axiológica de los estudiantes. En el marco situacional descrito, esta investigación orienta la articulación del programa actual de Religión con cuatro áreas del currículum académico que representan la mayor carga horaria del plan ministerial asignado a cada nivel: Lenguaje, Matemática, Historia y Geografía y Ciencias Naturales. Para ello aplicaremos dos estrategias fundamentales para obtener la información necesaria las cuales son: Propuestas y Líneas de acción pedagógica orientadas a la labor docente, las cuales nos permitirán establecer las formas de diálogo vinculante entre ambas instancias de la formación de los estudiantes. Uno de los puntos más importantes de esta investigación es la escucha de la voz del profesorado, lo que ellos desde sus disciplinas nos aportarán en sus respuestas. Aquí es imprescindible escuchar, observar, interpretar y ante todo acoger sus voces, para así atender a sus propuestas que nos hablan de la importancia de la formación religiosa para la vida de los estudiantes. Es también necesario analizar nuestra disciplina, saber cómo ven los profesores de Religión su propia labor, como creen que desde su propia praxis pueden contribuir a buscar puntos de encuentro entre los programas tanto de Religión como de las cuatro asignaturas escogidas para articular en esta investigación, que nos permitan crear lazos vinculantes abriendo las puertas a una modernización de la clase de Religión. Dichas respuestas, con sus puntos de vista, han sido un aporte nutritivo a nuestra investigación. Otro de los hitos en esta investigación, para encontrar esta vinculación en clave dialógica, fue el análisis documental, el estado del arte, donde hemos escuchado la voz de educadores tanto chilenos como de Centroamérica, que se han planteado antes que nosotros estas inquietudes, que nos orientarán sobre la dirección por donde marchar en busca de establecer el diálogo que buscamos. Nos hablarán con claridad sobre la educación y de nuevas estrategias para educar, como referentes en la construcción del aprendizaje y maestría, destacando la importancia de que los aprendizajes sean significativos para quienes los reciben. Veremos también en este proceso de investigación lo que indica el Magisterio de la Iglesia, aportándonos lineamientos orientadores a interrogantes acerca de la educación de la fe y la transversalidad e interdisciplinaridad, que requieren los nuevos desafíos educativos y de los cuales la Iglesia a través de sus documentos se hace cargo, proponiendo y desafiando a los educadores de la fe a educar, a reconocer la importancia de una propuesta que integre todas las áreas del saber académico, teniendo como principio básico la promoción de la persona por medio de la educación integrada y que haga hincapié en la formación axiológica, moral y espiritual de los estudiantes. Y siguiendo las orientaciones magisteriales, encontramos nuevas rutas por donde abrir un dialogo vinculante entre el programa de Religión y el plan de estudios que reciben nuestros estudiantes. En la voz de nuestros pastores también encontraremos un llamado al diálogo, un llamado a la vinculación para elevar la educación religiosa y axiológica de los educandos, avanzando un paso más allá, hacia un camino de encuentro con valores y preguntas fundamentales acerca del sentido de sus vidas. Se establece alrededor del tratamiento de la información los temas comunes para elaborar una articulación que permita ser un complemento en la formación de niños y niñas que cursan el 5° año de educación general básica, que por lo usual se encuentran entre los 10 u 11 años de edad, lo que corresponde (en torno a la teoría de desarrollo cognitivo de Piaget y a la evolución de esta a lo largo de más de cincuenta años) a una etapa en que las personas empiezan a adquirir el pensamiento abstracto, comenzando a reemplazar los objetos por ideas o conceptos propios, manifestando un incipiente interés por los temas sociales e identitarios, siendo este el momento clave para sentar las bases y fundamentos de la clase de Religión: analizar críticamente los elementos fundamentales de la fe y de la moral respondiendo con rigor académico a los grandes cuestionamientos humanos, estableciendo conexiones entre diferentes aspectos fragmentados del saber, para lograr de esta forma una resignificación de lo que viven a nivel axiológico y una comprensión de un Dios presente en sus vidas y en su contexto educativo, histórico, social y cultural. | |