La educación básica particular subvencionada del segundo ciclo del Colegio Libertador Simón Bolívar, como reproductora de patrones sexistas
Abstract
La educación es el principal agente socializador, el cual no solo transmite contenidos
determinados, sino también valores, normas y creencias que van construyendo una cultura
propia en cada sociedad, es decir, esta tiene un rol importante en la conformación de las sujetas
y sujetos. Es por esto, que debe ir en pos de los cambios que se dan socialmente, integrando las
nuevas normas sociales y corrientes éticas. Es en este sentido, que el enfoque de género es un
fenómeno que debe ser considerado y cuestionado respecto a la transmisión de valores y
patrones propios de la cultura chilena, que a lo largo del tiempo van cambiando acorde a los
momentos sociales e históricos; por lo tanto, la educación pasa a ser un agente socializador de
este fenómeno y sus manifestaciones. Sin embargo, e históricamente el enfoque de género ha
sido objeto de debate, puesto que existe una desigualdad de género, en el cual la mujer queda
en desventaja en relación al hombre, en donde éste toma ciertos privilegios, ya que, si se
posiciona en una escala jerárquica, el hombre es quien está en la cima, mientras que la mujer
tiene una posición de subordinación, esto se debe a este sistema que se encuentra inserto en la
sociedad, el cual deriva históricamente del sistema sexo-género, como lo denomina Gayle
Rubín (1986), consiste en “el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la
sexualidad biológica en productos de la actividad humana, y en el cual se satisfacen esas
necesidades humanas transformadas.” (p.97). Es por esto que, desde esta división sexual del
trabajo y de las diferencias biológicas entre cada sexo, es que existen estereotipos de género,
ya que esto deriva en una serie de conductas desiguales, las cuales tienen un impacto negativo
en mujeres, hombres y disidencias sexuales, debido a esta sobrevaloración de un grupo de
personas por encima del otro, utilizando el sexo biológico como criterio para atribuirse
capacidades, valoraciones y significados creados por una sociedad patriarcal, esto se entenderá
como sexismo; La educación es el principal agente socializador, el cual no solo transmite contenidos
determinados, sino también valores, normas y creencias que van construyendo una cultura
propia en cada sociedad, es decir, esta tiene un rol importante en la conformación de las sujetas
y sujetos. Es por esto, que debe ir en pos de los cambios que se dan socialmente, integrando las
nuevas normas sociales y corrientes éticas. Es en este sentido, que el enfoque de género es un
fenómeno que debe ser considerado y cuestionado respecto a la transmisión de valores y
patrones propios de la cultura chilena, que a lo largo del tiempo van cambiando acorde a los
momentos sociales e históricos; por lo tanto, la educación pasa a ser un agente socializador de
este fenómeno y sus manifestaciones. Sin embargo, e históricamente el enfoque de género ha
sido objeto de debate, puesto que existe una desigualdad de género, en el cual la mujer queda
en desventaja en relación al hombre, en donde éste toma ciertos privilegios, ya que, si se
posiciona en una escala jerárquica, el hombre es quien está en la cima, mientras que la mujer
tiene una posición de subordinación, esto se debe a este sistema que se encuentra inserto en la
sociedad, el cual deriva históricamente del sistema sexo-género, como lo denomina Gayle
Rubín (1986), consiste en “el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la
sexualidad biológica en productos de la actividad humana, y en el cual se satisfacen esas
necesidades humanas transformadas.” (p.97). Es por esto que, desde esta división sexual del
trabajo y de las diferencias biológicas entre cada sexo, es que existen estereotipos de género,
ya que esto deriva en una serie de conductas desiguales, las cuales tienen un impacto negativo
en mujeres, hombres y disidencias sexuales, debido a esta sobrevaloración de un grupo de
personas por encima del otro, utilizando el sexo biológico como criterio para atribuirse
capacidades, valoraciones y significados creados por una sociedad patriarcal, esto se entenderá
como sexismo; La educación es el principal agente socializador, el cual no solo transmite contenidos
determinados, sino también valores, normas y creencias que van construyendo una cultura
propia en cada sociedad, es decir, esta tiene un rol importante en la conformación de las sujetas
y sujetos. Es por esto, que debe ir en pos de los cambios que se dan socialmente, integrando las
nuevas normas sociales y corrientes éticas. Es en este sentido, que el enfoque de género es un
fenómeno que debe ser considerado y cuestionado respecto a la transmisión de valores y
patrones propios de la cultura chilena, que a lo largo del tiempo van cambiando acorde a los
momentos sociales e históricos; por lo tanto, la educación pasa a ser un agente socializador de
este fenómeno y sus manifestaciones. Sin embargo, e históricamente el enfoque de género ha
sido objeto de debate, puesto que existe una desigualdad de género, en el cual la mujer queda
en desventaja en relación al hombre, en donde éste toma ciertos privilegios, ya que, si se
posiciona en una escala jerárquica, el hombre es quien está en la cima, mientras que la mujer
tiene una posición de subordinación, esto se debe a este sistema que se encuentra inserto en la
sociedad, el cual deriva históricamente del sistema sexo-género, como lo denomina Gayle
Rubín (1986), consiste en “el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la
sexualidad biológica en productos de la actividad humana, y en el cual se satisfacen esas
necesidades humanas transformadas.” (p.97). Es por esto que, desde esta división sexual del
trabajo y de las diferencias biológicas entre cada sexo, es que existen estereotipos de género,
ya que esto deriva en una serie de conductas desiguales, las cuales tienen un impacto negativo
en mujeres, hombres y disidencias sexuales, debido a esta sobrevaloración de un grupo de
personas por encima del otro, utilizando el sexo biológico como criterio para atribuirse
capacidades, valoraciones y significados creados por una sociedad patriarcal, esto se entenderá
como sexismo; La educación es el principal agente socializador, el cual no solo transmite contenidos
determinados, sino también valores, normas y creencias que van construyendo una cultura
propia en cada sociedad, es decir, esta tiene un rol importante en la conformación de las sujetas
y sujetos. Es por esto, que debe ir en pos de los cambios que se dan socialmente, integrando las
nuevas normas sociales y corrientes éticas. Es en este sentido, que el enfoque de género es un
fenómeno que debe ser considerado y cuestionado respecto a la transmisión de valores y
patrones propios de la cultura chilena, que a lo largo del tiempo van cambiando acorde a los
momentos sociales e históricos; por lo tanto, la educación pasa a ser un agente socializador de
este fenómeno y sus manifestaciones. Sin embargo, e históricamente el enfoque de género ha
sido objeto de debate, puesto que existe una desigualdad de género, en el cual la mujer queda
en desventaja en relación al hombre, en donde éste toma ciertos privilegios, ya que, si se
posiciona en una escala jerárquica, el hombre es quien está en la cima, mientras que la mujer
tiene una posición de subordinación, esto se debe a este sistema que se encuentra inserto en la
sociedad, el cual deriva históricamente del sistema sexo-género, como lo denomina Gayle
Rubín (1986), consiste en “el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la
sexualidad biológica en productos de la actividad humana, y en el cual se satisfacen esas
necesidades humanas transformadas.” (p.97). Es por esto que, desde esta división sexual del
trabajo y de las diferencias biológicas entre cada sexo, es que existen estereotipos de género,
ya que esto deriva en una serie de conductas desiguales, las cuales tienen un impacto negativo
en mujeres, hombres y disidencias sexuales, debido a esta sobrevaloración de un grupo de
personas por encima del otro, utilizando el sexo biológico como criterio para atribuirse
capacidades, valoraciones y significados creados por una sociedad patriarcal, esto se entenderá
como sexismo; La educación es el principal agente socializador, el cual no solo transmite contenidos
determinados, sino también valores, normas y creencias que van construyendo una cultura
propia en cada sociedad, es decir, esta tiene un rol importante en la conformación de las sujetas
y sujetos. Es por esto, que debe ir en pos de los cambios que se dan socialmente, integrando las
nuevas normas sociales y corrientes éticas. Es en este sentido, que el enfoque de género es un
fenómeno que debe ser considerado y cuestionado respecto a la transmisión de valores y
patrones propios de la cultura chilena, que a lo largo del tiempo van cambiando acorde a los
momentos sociales e históricos; por lo tanto, la educación pasa a ser un agente socializador de
este fenómeno y sus manifestaciones. Sin embargo, e históricamente el enfoque de género ha
sido objeto de debate, puesto que existe una desigualdad de género, en el cual la mujer queda
en desventaja en relación al hombre, en donde éste toma ciertos privilegios, ya que, si se
posiciona en una escala jerárquica, el hombre es quien está en la cima, mientras que la mujer
tiene una posición de subordinación, esto se debe a este sistema que se encuentra inserto en la
sociedad, el cual deriva históricamente del sistema sexo-género, como lo denomina Gayle
Rubín (1986), consiste en “el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la
sexualidad biológica en productos de la actividad humana, y en el cual se satisfacen esas
necesidades humanas transformadas.” (p.97). Es por esto que, desde esta división sexual del
trabajo y de las diferencias biológicas entre cada sexo, es que existen estereotipos de género,
ya que esto deriva en una serie de conductas desiguales, las cuales tienen un impacto negativo
en mujeres, hombres y disidencias sexuales, debido a esta sobrevaloración de un grupo de
personas por encima del otro, utilizando el sexo biológico como criterio para atribuirse
capacidades, valoraciones y significados creados por una sociedad patriarcal, esto se entenderá
como sexismo; “el concepto de sexismo fue originalmente formulado para levantar la conciencia sobre
la opresión de chicas y mujeres, aunque a principios del siglo XXI, se había ampliado
para incluir la opresión al sexo, incluyendo a hombres y chicos, personas intersexuales
y personas transgénero” (Gina Masequera. 2009, parr.1).
Esta opresión nace desde los roles y estereotipos de género, aquellas asignaciones
determinadas socialmente para cada sexo, y donde diversas instituciones sociales tienen
responsabilidad en su transmisión, como es la familia o los sistemas educativos.
Es por esto que, la presente investigación se interesa en conocer cómo la educación particular
subvencionada del segundo ciclo de educación básica del establecimiento educacional Colegio
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Libertador Simón Bolívar, reproduce patrones sexistas, donde la educación es el principal foco
de interés, debido a que esta tiene una importante labor en el desarrollo integral del ser humano,
es decir, desarrollar la dimensión intelectual, moral y afectiva del mismo. Asimismo, busca
conservar los modos tradicionales de vida que están asumidos en la sociedad. Por lo tanto, esta
investigación, busca aportar al área educacional desde la mirada del Trabajo Social y del
enfoque de género, cómo reconocer, problematizar, y transformar patrones de carácter sexistas
Por otro lado, esta investigación se conforma de V capítulos, donde el capítulo I es la
Formulación del Problema, donde se exponen los antecedentes del problema a investigar
destacando desde el sistema sexo-género y la problematización de cómo el sexismo se
encuentra inserto en la educación, reconociendo que es una problemática emergente y
considerando que el Trabajo social tiene un rol fundamental dentro de la educación para
trabajar en pos de una sociedad sin discriminaciones. Se expone también la pregunta de
investigación, objetivos y supuestos que guían la investigación.El capítulo II llamado Marco de Referencia, da cuenta de la justificación teórica que sustenta
la investigación, los principales conceptos y los lineamientos en donde se centrará el análisis
como es el enfoque de género, el modelo ecológico y enfoque Derechos Humanos,
reconociendo también las manifestaciones del sexismo en el sistema educativo y sus avances
en materia legislativa.
El capítulo III, aborda el Marco Metodológico, donde se presenta el paradigma desde donde se
sitúa la investigación, el método, el conjunto de pasos y técnicas de recolección de datos, que
permitirán llevar a cabo la investigación, definiendo criterios de la selección de informantes y
el plan de análisis de los resultados.
El capítulo IV, Análisis de la Información, da cuenta de los principales hallazgos de las
entrevistas realizadas como también, de la comparación de documentos como es la malla
curricular y el reglamento interno con los relatos de las y los entrevistados, todo esto en relación
con los objetivos específicos y sus respectivas unidades de análisis.
Finalmente, el capítulo V, denominado Conclusiones y Sugerencias, consta de lo recabado
durante todo el proceso de investigación, así como los problemas que se presentan en el
Establecimiento relacionados a la temática del género, por lo tanto, se ofrecen conclusiones y
sugerencias para que puedan abordar y resolver de una manera correcta e integral, las distintas
problemáticas generadas por el sexismo.
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